La asamblea, que trabaja de forma continua, se ha dividido en comisiones. Así, la comisión de financiación busca formas de financiar proyectos; la de gestión lleva la cesión de los espacios; y por último, a punto de desaparecer, la comisión de proyecto, que concluirá en abril. Esta comisión, encarga de llevar el orden de las asambleas, como un administrador en un bloque de pisos, desaparecerá una vez se cierre esta primera etapa de formación. “La siguiente asamblea del 12 de noviembre”, relata Josetxu, “cerrará un ciclo en el proyecto, con ideas claras sobre cómo aceptar propuestas externas y más de 15 talleres en marcha”. Fue la comisión, además, encargada de redactar la filosofía del proyecto. A la hora de aceptar una propuesta, como un nuevo taller o clases de cualquier tipo, el grupo debe buscar qué aporta esta al KRML Bizirik y, por extensión, a Santutxu.
Cuando es necesario y gracias a la diversidad de participantes, se convoca por correo a los miembros de la asamblea y, por las redes, a cualquiera que quiera ayudar para hacer tareas de mantenimiento. Al ser un edificio sin mantenimiento durante 2 años, este presenta algunas deficiencias. Durante este invierno, tras las fuertes lluvias, ya ha salido agua de la arqueta en 2 ocasiones. Por suerte, la comunicación ya es lo suficiente fluida como para, en 2 días, organizar un grupo de trabajo que se encargue de limpiar el centro y reparar la avería.
A los integrantes del KRML Bizirik no les gusta hablar de ‘centro okupado’, pues eso recuerda los problemas que aparecen alrededor de ese término. Aun así Ohiana, encargada de la comunicación del proyecto, reconoce que aunque no sea de su agrado, “es lo que es” y deben relacionarse con el ayuntamiento como tal. En febrero, 4 miembros del proyecto se reunieron con otros 4 del Ayuntamiento de Bilbao: dos representantes del área de cultura y patrimonio respectivamente, y dos técnicos. “Fuimos a decirles qué es y cómo funciona el KRML, que está abierto a todos” cuenta Oihana, “pero nos dijeron que no se puede entrar así, que no son maneras”. Asegura además que, por medio de conocidos en el ayuntamiento, les han llegado comentarios de la misma alcaldía sobre su estancia allí, manifiestamente contrarias al uso del centro.
El proyecto crece y gana presencia en Santutxu. Los usuarios de otro centro también autogestionado, el
gaztetze Zazpi Katu, muy cercano al KRML y de los pocos que quedan en Bilbo, celebran el inicio de este proyecto. Para Josep Sancho, responsable de las clases de txalaparta que se dan en este centro en las escaleras de Solokoetxe, cree que el inicio de proyectos autogestionados “es siempre positivo”. “Los ayuntamientos deben darse cuenta de que hay ciertas necesidades que ellos no pueden satisfacer y la autogestión sí”, sentencia. Este centro, el
Zazpi Katu III, es el heredero del anterior
gaztetze de Casco viejo (Zazpi Katu II), y dada su buena localización y relación con sus vecinos, la residencia de tercera edad “Hermanitas de los pobres”, no ven próxima la posibilidad de tener problemas con la Ertzaintza o el Ayuntamiento de Bilbao.
Así, el proyecto gana fuerza. Josetxu insiste en que, con este ciclo que se cierra, todo se afianza más y gana más presencia en el barrio. Y, aunque el ayuntamiento les está dando un tiempo que no esperaban, tampoco saben cuándo se va a acabar. Pero no se trata de pensar en ese problema, sino en crecer, porque para él esto tiene un beneficio claro: “cada vez hay más gente, y más diversa. Cuanto más afianzado esté el proyecto, mejor. Así, si intentan echarnos, no responderemos los 10 que éramos al principio, responderá un barrio”.
Despiece
Bilboko Okupazio Bulegoa
La Bilboko Okupazio Bulegoa (Oficina de Okupación de Bilbao), que también celebró por sus redes el inicio del KRML Bizirik dispone, para todos los que quieran, un informe – guía sobre okupación, Okupazio Gida. Para la oficina, la okupación “es una vía para hacer frente a la dominación y desestructuración” de la sociedad, “un instrumento para crear un nuevo modelo de vida y crear alternativas a la propiedad privada”. En la guía, se detallan qué características debe reunir un inmueble para ser candidato de okupación:
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Asegurarse de que la vivienda o edificio esté vacío.
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Comprobar que no recibe mantenimiento periódico de ningún tipo.
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Vigilar buzones y puertas, para ver que no se realiza ninguna gestión sobre este (correspondencia).
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Supone un espacio muerto que podría aprovecharse para alguna o algunas necesidades sociales del barrio.
Si reúne estas características es, según el informe, un buen candidato para la okupación, y la Karmelo – Solokoetxe Ikastola las reunía. La relación con los vecinos, que es siempre importante, también es un punto destacado del texto. Como hicieron desde el KRML Bizirik, es importante transmitir una imagen cordial y de normalidad, y así tener un punto de apoyo en caso de que llegue el desalojo.
Si el centro ocupado es de titularidad pública, como en este caso, el Ayuntamiento tiene 48 horas para realizar un desalojo rápido, sin necesidad de orden judicial. Dado que pasó ese tiempo sin ningún problema y el centro no es una propiedad privada que alguien pueda reclamar su uso, la oficina cree que el KRML Bizirik tendrá tiempo suficiente para ganarse un hueco en el barrio.