Ocupación por necesidad
-
Durante meses las únicas vistas eran andamios, una lona azul y un pequeño rasgado que permitía una leve corriente de aire. Poco después el ajuntament paralizó las obras e investigó a Norvet, empresa propietaria del edifico, por camuflar una obra integral como obras menores. Así se evitaba el realojo que, por ley, debía proporcionar la empresa a las familias durante los trabajos.
-
Ocupación por necesidad
Eva García cierra la puerta de un golpe fuerte, al segundo intento: “Desde que entramos está así, hay que dar un portazo”. Hay dos cerraduras; una, en la parte superior de la puerta, es funcional. De la otra, en la parte inferior, falta una parte, junto con un pedazo del marco de la puerta. “Ese trozo saltó al abrir el piso, al primer intento”, relata. Dentro el ambiente es oscuro y de un intenso tono azulado.Tras perder una ayuda de la Generalitat tuvo que elegir entre “mantener” a su hijo “o pagar el alquiler”. Al tercer intento de desahucio, en julio de 2017, quedó en la calle y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) la ayudó a obtener una alternativa habitacional: ocupar una vivienda propiedad de Norvert S.L., una gran empresa acusada de ‘mobbing’ inmobiliario. “Para sacar a una madre y su hijo de su casa toda la calle se llenó de furgones de los Mossos, no pudimos pararlo”, recuerda García.Squattering by necessity
Eva García closes the door with a loud knock, at the second attempt: "From the moment we enter it's been like this, we need to slam the door". There are two locks; one, at the top of the door, is functional. From the other, at the bottom, one part is missing along with a door frame piece. "That part jumped out on opening the apartment, at the first attempt", she says. Inside, the atmosphere is dark with an intense bluish tone.
After losing a grant from the Generalitat ―Catalan government―, she had to choose between "supporting" her child "or paying the rent". On the third eviction attempt, in July 2017, she was left on the street, but the People Affected by the Mortgage Platform ―PAH in Spanish― helped her to obtain a housing alternative: to squat a house owned by Norvet S.L., a big real estate company accused of harassment. "To get a mother and her son out of their house the whole street was full of Mossos vans ―Catalan police―, we couldn't stop it", recalls Garcia. -
Eva García mira el móvil mientras espera que la comida se caliente en el microondas. Entró a vivir al piso con ayuda de la PAH en julio de 2017, tras un desahucio por impago de alquiler en su anterior domicilio. Tras la lona los 30 metros cuadrados son azules y "siempre parece más tarde de lo habitual", dice García.
-
El bloque de la calle Aragó 477 tiene andamios y una gran lona azul desde agosto de 2017. En él viven 9 familias. Durante meses, 5 de ellas vivieron a oscuras y con un tono azul. Finalmente se ayudaron entre ellos para subirse a los andamios y, por fin, recibir la luz del sol.
-
García protesta, junto a otros compañeros de la PAH, en una oficina de CaixaBank. "¡Qué pasa! ¡Qué pasa! ¡Que nos quitan la casa!", grita García en la oficina. En la plataforma, mediante problemas de alquiler, hay tanto inmobiliarias como Norvet como bancos y antiguas cajas de ahorro. "Ahora todos funcionan como fondos buitre", asegura Carlos Macías, portavoz de la plataforma. García considera que es gracias a acciones como estas que el Ajuntament investigó y suspendió las obras de Norvet en el bloque Aragó 477.
-
En la puerta del piso de García hay dos cerraduras. Una en la parte superior, funcional, y una en la parte superior de la que falta la mitad. “Ese trozo saltó al abrir el piso, al primer intento”, recuerda. García decidió ocupar porque era "inasumible" pagar un alquiler y mantener a su hijo. "La alternativa era un piso de la Mesa d'Emergència, pero lo único que me ofrecieron fue 3 noches de albergue prorrogables a 7", cuenta García.
-
García se desplaza en metro todos los días: "es un gasto enorme que no contemplan en las ayudas". Entre el trabajo, recoger a su hijo y recados García no suele comer en casa. "El chico del bar del metro ya me conoce", comenta.
-
García va al supermercado a comprar comida y productos de limpieza. Los Servicios Sociales del Ajuntament de Barcelona le proporcionan una tarjeta de crédito con 200€ mensuales para la manutención de su hijo. García lamenta que no pueda usar el dinero para nada más: "hay veces que me hace falta dinero para cualquier otra cosa, aunque sean 20€, pero si los uso de la tarjeta me pueden quitar la ayuda".
-
Eva García hace trabajos esporádicos de limpieza, no regulados. Aunque le permiten cierta independencia de las ayudas, el sueldo es bajo y le gustaría encontrar un trabajo menos perjudicial para su espalda. "Hay veces que al volver de algún servicio tengo que estar horas tumbada para calmar el dolor", se lamenta.
-
La mayoría de las puertas del edifico son las llamadas puertas 'antiokupa'. Además de esta medida de seguridad, hay una alarma que salta si se da un golpe en la puerta. La presencia de la inmobiliaria es también presente mediante la seguridad privada y las cámaras: "tras despedir a la portera instalaron cámaras de seguridad en el portal y pusieron un seguridad", relata García.
-
Eva García descansa tras hacer su cama y la de su hijo, de 10 años. Durante el proceso de entrar a ocupar el nuevo piso, procuró mantenerlo al margen: "las primeras noches dormía sobre una esterilla. Los compañeros de la PAH me traían comida. Había mucha tensión", recuerda. Durante las primeras 48h de ocupación se puede ejecutar un desalojo rápido, por lo que se montan guardias para resistir en el interior.
-
Con ayuda de un amigo García, por fin, recorta la zona la lona azul. Aunque aún hay un ligero tono azulado, "el cambio es radical", dice contenta García. Pide una vivienda con alquiler social para así poder ser "independiente". "Sé que soy capaz. No quiero una ayuda y que vigilen cada dos por tres a mi hijo. Quiero una vivienda en la que no tenga que estar siempre en tensión por mi o mi hijo", sentencia.
-
La mesita auxiliar del comedor es la única parte desordenada del piso. En ella coinciden juguetes, tabaco y calmantes. García necesita el Lorazepam para calmar sus dolores de espalda. A los 6 años sufrió un atropello del que aún conserva 3 hernias discales. "Lo de fumar también lo llevo desde pequeña", bromea García.
-
Eva García descansa en el sofá al final del día. En el piso está todo el día enchufado un pequeño calefactor de baño. Pese a ello, García suele ir con manga larga o con la manta del sofá por encima. Tanto la poca calefacción del piso como el resto de electrodomésticos dependen del suministro eléctrico, del que García tiene miedo: "He intentado poner todo a mi nombre, pero me ponen trabas. Para ponerme de titular de luz me pedían que asumiera una deuda del anterior propietario de 400€ que no puedo hacer frente", sentencia.
-
Durante una mañana unas personas abrieron las puertas ‘antiokupas’, desconectaron la alarma y dejaron correr el agua. Los pisos inferiores sufrieron desperfectos e inundaciones. Un arquitecto de Norvet, al preguntarle por el acceso a los pisos, dijo que no tenía “nada que decir”.
-
Desde que la PAH ayudó a García a evitar los dos primeros intentos de desahucio y a ocupar en otra vivienda, se involucró de forma activa. Participa de forma regular en la Comisión Social, encargada de llevar a cabo acciones sobre problemas habitacionales. "Es una forma de presión y de darnos a conocer. Además, mucho tenemos a Norvet como problema común, por lo que nos apoyamos", cuenta García.
-
García hace fotos a los operarios que retiran la lona azul del edificio tras 7 meses. "¡Hay que pasar imágenes a la Plataforma!", dice animada. Tras las denuncias de los vecinos y la PAH que llevaron a la investigación del Ajuntament, la obras se paralizaron y Norvet se vio obligada a retirar los andamios.